viernes, 23 de diciembre de 2011

MODIFICACIÓN CONDUCTUAL

En las últimas décadas se han publicado una gran cantidad de trabajos experimentales que analizan fenómenos del comportamiento, tanto en seres humanos como en animales. Estos trabajos han producido un conjunto de conocimientos sobre la conducta que se han tratado de aplicar a la solución de problemas conductuales humanos de ahí la modificación de conducta; denominada así por primera vez por Krasner y Ullman, (1965), y posteriormente análisis conductual aplicado (Baer, Risley y Wolf, 1968).

En general, la modificación de conducta o terapia conductual puede ser definida como la aplicación sistemática de los principios psicológicos del aprendizaje en la modificación de la conducta humana (Stumphauzer, 1983).

A la modificación de conducta también se le han dado diversos nombres: terapia conductual, terapia de condicionamiento. Stumphauzer (1983) señala que el termino terapia de conductual fue usado en distintas épocas por Skinner y Lindsley (1954), Lazarus (1958) y Eysenck (1959).

La modificación de conducta no es más que la parte aplicada de la psicología experimental; sus métodos se ha derivado principalmente del análisis de la conducta animal y humana en el laboratorio, análisis en el que ocupan un lugar prominente las técnicas de condicionamiento operante y pavloviano, y cuyo fundamento teórico ha de buscarse en las obras de B.F. Skinner, I.P. Pavlov y J.R. Kantor. (Galindo, Bernal, Hinojos, et. al., 1980)

Para Ribes (1980), los estudios realizados por Fuller (1949) y Lindsley (1956) son considerados como las primeras aplicaciones en sujetos humanos de principios validados experimentalmente. No obstante ya Watson y Rayner (1920) habían informado del empleo de procedimientos de condicionamiento para cambiar la conducta de miedo de un niño. Pero se adjudica a Mary Cover Jones (1924), estudiante y colaboradora de Watson, la primera aplicación de la terapia de la conducta Mowrer y Mowrer (1938) desarrollaron una técnica para la enuresis ,colocando un circuito eléctrico en una almohadilla debajo del niño, el cual al humedecer la cama activaba un timbre (Stumphauzer, 1983; Rosemberg 2001).

Cabe definir la modificación de conducta como aquella orientación teórica y metodológica, dirigida a la intervención que, basándose en los conocimientos de la psicología experimental, considera que las conductas normales y anormales están regidas por los mismos principios, que trata de desarrollar estos principios y aplicarlos a explicar conductas específicas, y que utiliza procedimientos y técnicas que somete a evaluación objetiva y verificación empírica, para disminuir o eliminar conductas desadaptadas e instaurar o incrementar conductas adaptadas.

Para Rodríguez Campuzano (2002), existen varios denominadores comunes en la modificación de la conducta.

a)      El modelo conductual de conducta anormal. Un supuesto básico es que las conductas se aprenden, se mantienen y modifican por los mismos principios, independientemente de que se les considere "normales" o "anormales".
b)      Empleo de datos de la psicología experimental. La modificación de conducta depende de conceptos y procedimientos surgidos del laboratorio.
c)      El interés por la conducta. Al margen del interés de algunos modificadores de la conducta por eventos "privados" o "cognitivos", existe interés por la alteración de la conducta manifiesta.
d)     Metodología. La modificación de la conducta se unifica en términos del método de evaluación que siguen los profesionales con respecto a la conducta problema y en su énfasis sobre la medición de la misma.
e)      Tratamiento. Se caracteriza por el empleo de técnicas estandarizadas dirigidas fundamentalmente a la eliminación de conductas problema.

Al conjunto de técnicas de modificación de conducta que surgen directamente de la parte aplicada de la psicología experimental, es a las que se ha denominado también como análisis conductual aplicado. Estas técnicas se han basado en principios experimentales de la conducta que han sido observados y controlados rigurosamente en situaciones de laboratorio. Sus técnicas son derivadas de una serie de premisas fundamentales respecto del cómo controlar y analizar al fenómeno conductual en espacio y tiempo, (Ribes, 1972, 1980). Para Bijou (1980) existen cinco supuestos básicos del análisis conductual.

1.      El objeto de estudio de la psicología es la interacción entre la conducta del organismo integral y los eventos ambientales. Estas interacciones son analizadas en términos observables, medibles y reproducibles, y resultan como tal, accesibles a la investigación científica.
2.      Las interacciones entre la conducta del individuo y los eventos ambientales están sujetas a leyes. Dado un individuo con su equipo biológico particular, los cambios en su conducta psicológica son una función de la historia de sus interacciones y de la situación del momento en la cual actúa.
3.      Como en todas las ciencias, el objeto de estudio de la psicología existe en continuos; se supone que existen éstos en los estadios del desarrollo; en las tasas del desarrollo (normal, retardado y acelerado); en las relaciones entre el desarrollo normal y patológico; en los problemas y procedimientos de la investigación básica y aplicada, y en el análisis de los fenómenos psicológicos, desde los datos crudos hasta la formulación teórica.
4.      Las interacciones complejas evolucionan a partir de sus fases simples y comienzan en las relaciones iniciales del niño con personas y objetos. Esto no significa que se pretenda que las conductas complejas sean la suma de conductas simples. La forma en que se establecen conductas complejas tales como la resolución de problemas matemáticos, constituye un caso de estudio experimental. Es probable que el análisis final de cualquier clase de conducta compleja involucre muchos conceptos y principios tales como control momentáneo de estímulos, variaciones sutiles en las condiciones disposicionales e intrincados programas de reforzamiento.
5.      Una teoría psicológica, así como su tecnología, son sistemas abiertos v flexibles; es decir, un nuevo concepto, un nuevo principio o una nueva técnica, puede ser agregado en cualquier momento a la lista vigente, siempre y cuando pueda presentar las condiciones adecuadas: estar conectado inequívocamente a eventos observables, ser funcional y no traslaparse con conceptos, principios o técnicas ya catalogados.

Uno de los primeros objetivos del análisis conductual aplicado fue el demostrar la utilidad del enfoque operante en la investigación del comportamiento humano y determinar si los datos obtenidos en la investigación animal en laboratorio podrían aplicarse al campo humano (Campuzano, 2001)

Ribes (1980) señala que el objeto de estudio del análisis conductual aplicado es la conducta en sí, tanto su topografía, como su duración, intensidad o frecuencia. La aparición de conductas perturbadoras se explica de acuerdo con la historia previa de interacción con el ambiente. Esto es, el uso excesivo de estimulación aversiva, la ausencia de reforzadores a conductas adaptativas, o bien tales conductas fueron reforzadas frecuentemente.
El análisis conductual aplicado consiste en una serie de técnicas que se basan en procedimientos como el reforzamiento, el castigo y la extinción, que se aplican a distintas poblaciones y en distintos campos de la actividad humana (Kazdin, 1989).

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